Un PechaKucha es
una presentación compuesta por 20 diapositivas de 20 segundos cada una. Por lo
tanto hablamos de 6 minutos y 40 segundos de presentación en la que cada 20
segundos debemos pasar a la diapositiva siguiente.
La dificultad que añade este formato a una presentación
corta normal es la limitación de los 20 segundos por diapositiva, la cual
dificulta enormemente el trabajo del presentador.
¿Cómo puedes hacer un PechaKucha y no morir en el
intento?
Te dejo 4 trucos que pueden ayudarte.
1.- La presentación tiene que fluir
Como imagino que ya debes haber pensado, el principal
problema de un Pechacucha es hacer cuadrar tu discurso con las diapositivas, ya
que al durar éstas 20 segundos, cualquier retraso en tu oratoria (basta con que
te entre tos para ello) puede provocar un desfase entre lo que el público ve y
lo que oye.
Y si tu problema es que hablas demasiado rápido,
entonces debes esperar a la siguiente diapositiva. Y eso no es muy elegante.
Eso es especialmente crítico si cada diapositiva es
independiente de la anterior y de la siguiente.
Si lo que quieres es poder seguir hablando sin
problemas en caso de retrasarte un poco respecto de las slides, lo mejor es
contar una historia. Lo mejor es que todos tus argumentos estén correctamente
enlazados. Tienes que construir un relato.
Eso hará que aunque cambie la diapositiva antes de
terminar el texto que debías pronunciar, tu discurso pueda seguir adelante sin
interrupciones.
2.- Las dispositivas deben ser muy visuales
Lo dicho anteriormente implica también que, en el fondo,
las diapositivas actúan meramente como un decorado. Siempre ocupan un papel
secundario respecto de tu discurso.
Para ello es importante aligerar de texto tus
diapositivas tanto como te sea posible. Cuanto más texto haya escrito, más
fácil será que el público se de cuenta de que no te dió tiempo de decirlo
cuando tocaba.
Por eso es fundamental, más que nunca, que tus
diapositivas sean lo más visuales posible.
De hecho, deberías poder hacer tu PechaKucha sin
ellas.
3.- Utiliza el pase automático de diapositivas
Precisamente porque las diapositivas juegan un papel
secundario, lo mejor es olvidarse de ellas durante la presentación.
Aunque pueda parecer evidente, este consejo le resulta
nuevo a algunas personas poco acostumbradas al uso de estas herramientas.
PowerPoint y otros progranas similares permiten
automatizar la transición entre diapositivas fijando el intervalo de tiempo
para cada una. Así que lo mejor es programar todas las transiciones al cabo de
20 segundos para que no tengas que preocuparte de ello.
Eso no significa que, si en algún momento corriste
demasiado, debas esperar siempre a la próxima diapositiva. Aunque la transición
esté programada, tu podrás pasar de diapositiva manualmente en cualquier
momento.
4.- Haz la presentación de memoria
Como ya hemos dicho, una de las dificultades con la
que deberás lidiar es coordinar tu discurso con las diapositivas.
La opción de mirar la pantalla para saber cuándo pasa
de diapositiva es muy poco elegante, ya que puede dar la impresión de que te lo
has preparado muy poco. Así que la improvisación no tiene cabida en este
formato.
No sólo vas a tener que elegir las palabras exactas a
pronunciar para ocupar justo el tiempo necesario, sino que deberás controlar
también el ritmo de exposición. Y sólo hay una forma de hacerlo: practicar,
practicar y practicar.
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