Un fósil son los restos de un ser vivo o de la su actividad biológica, que ha estado cubierta por sedimentos que con el tiempo se han compactado y endurecido, haciendo posible su conservación hasta la actualidad.
Según la
cosmovisión evolucionista y paleontológica la mayoría de los fósiles se
formaron hace millones de años. Supuestamente, la deposición cubre gradualmente
a la criatura. Mientras que
las partes que no han sido cubiertas esperan durante millones de años. Hasta
que se cubre totalmente quedando materia inorgánica con la forma y textura de
la materia orgánica antes presente.
Pero, ¿Qué sucede
realmente? La evidencia muestra que cuando la maquina biológica se apaga la
descomposición borra rápidamente cualquier rastro del organismo, en cuestión de
meses o años dependiendo del animal y el ambiente. Haciendo extremadamente
improbable la formación de un fósil de la forma comúnmente aceptada.
Las mejores
condiciones para la formación de un fósil son:
- Enterramiento
rápido.
- Agua
en cantidades correctas.
- Minerales
apropiados.
Aunque
grandes cantidades de lodo son el ingrediente ideal para crear un fósil en
cuestión de minutos o incluso horas. Permitiendo que en los años siguientes se
reemplace la materia orgánica por calcita, sílice o compuestos de hierro, y
otros compuestos inorgánicos.
Las expediciones en busca de fósiles no comenzaron hasta después del año 1841 que fue cuando Richard Owen confirma que los fósiles no pertenecían a animales actuales sino del pasado, que ya no existían. A partir de esta fecha numerosas personas se lanzan en busca de fósiles.
- PRIMEROS YACIMIENTOS DE FÓSILES:
Conservación y Restauración
El proceso de conservación de estas piezas comienza en la
extracción, trabajo siempre mecánico que se trasladará al taller de restauración.
Hay que tener en cuenta que se debe realizar un proceso de conservación in situ
tanto si se mantiene la pieza en su lugar de origen como si se traslada a otro
lugar, esto se debe a que la mayoría de los fósiles no están completos y se
realiza una labor de consolidación para no perder fragmentos sueltos.
El trabajo en el taller de restauración requiere tanto procesos de limpieza
mecánica como química, consolidaciones puntuales o de toda la pieza, así
como de la adhesión de fragmentos y reintegración volumétrica. Todo ello
va a contribuir a una mejor lectura de la pieza para su estudio y sobre todo
para su conservación. Una mala intervención de restauración podría destruir la
pieza tanto a nivel estético como estructural, siendo en ocasiones
irreversible.
Los correctos sistemas de consolidación estarían en la
utilización de materiales reversibles y que no cambien el aspecto exterior de
la pieza. En cuanto a la reintegración se suele seguir un criterio arqueológico
donde exista la distinción del original con el material nuevo añadido
(diferencia de volumen y color).
Fósil |
Una vez realizado todos los procesos de
intervención para la restauración, destacar
la conservación preventiva. Aspectos como los sistemas expositivos
(protección de la pieza, iluminación, control de humedad y temperatura) y de
almacenamiento, será algo muy importante como mantenimiento de estas
piezas.
Para saber más:
http://recursos.cnice.mec.es/biosfera/alumno/4ESO/tierra_cambia/contenidos4.htm
http://mx.selecciones.com/contenido/a1720_que-son-los-fosiles
http://www.paleontologia-nautilus.com/formacion.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/F%C3%B3sil
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